Mi agua corporal total
ha pasado de 6, 5L a 8, 5 L .
Mi corazón se desplaza y rota a la izquierda por el aumento del tamaño del
útero y la elevación del diafragma. Las cuatro cavidades cardíacas aumentan de
tamaño, sobre todo la aurícula izquierda. El gasto cardíaco aumenta de un 30 a un 50%. Mi frecuencia
cardíaca aumenta entre 10 y 20 pulsaciones más por minuto (taquicardia ligera).
El aumento del gasto cardíaco hace que se eleve la perfusión de mi útero, mis
riñones, mis glándulas mamarias y mi piel. Mi presión venosa se eleva
paulatinamente, sobre todo en miembros inferiores. Esto, unido a la retención
de líquidos, puede provocar varices, hemorroides, edema e inflamación en las
piernas.
Mis cifras de hemoglobina
disminuyen, debido al aumento del volumen citoplasmático con relación al
eritrocítico, lo que determina una anemia fisiológica por dilución.
La mucosa nasal y respiratoria
sufre edema e hiperemia por el aumento de los estrógenos y del volumen
sanguíneo durante el embarazo. Mi volumen pulmonar se reduce debido a las
modificaciones en la configuración de la pared torácica y en la posición del
diafragma. El útero expansivo desplaza el contenido intraabdominal hacia arriba
y eleva el diafragma. Esta elevación, con la disminución de la distensibilidad
de la pared torácica, reduce el volumen de los pulmones en reposo y hace que
descienda la capacidad pulmonar total en un 5%.
El consumo de oxígeno aumenta
de un 30 a
un 60% (30–40mL/min) en el transcurso del embarazo como consecuencia de la
mayor demanda metabólica de los órganos maternos, la placenta y el feto.
Percibo el aumento de la
ventilación por minuto como falta de aire. Esta disnea fisiológica se debe al
aumento del estímulo respiratorio, el incremento del volumen sanguíneo, la
anemia y la congestión nasal.
Mi útero creciente desplaza
hacia arriba también el estómago y los intestinos. La elevación de la
progesterona, los factores mecánicos y el incremento del tamaño del útero
retrasan la motilidad y el vaciamiento gástrico y provocan náuseas, vómitos,
acidez, estreñimiento.
Los riñones se desplazan
cranealmente por el empuje del útero y aumentan aproximadamente un centímetro
de tamaño, por el incremento de la vascularización, el volumen intersticial y
el espacio muerto.
La compresión de los uréteres
determina una congestión de la orina que predispone a las infecciones
urinarias, la nefrolitiasis y la pielonefritis.
La vejiga pierde tono, con la
frecuencia, urgencia e incontinencia consiguientes. La incontinencia urinaria
aumenta todavía más en el tercer trimestre cuando el feto se encaja en la
pelvis.
Las mamas aumentan de volumen
y de tamaño, se vuelven hipersensibles, aparecen estrías y pigmentos, el calostro
comienza a producirse en el tercer trimestre.
Mi vulva, vagina y cerviz
cambian de color y se vuelven violáceos, aumentan su capacidad, su tamaño y su
elasticidad preparándose para el parto. Los músculos, tendones, ligamentos y
huesos de la zona pélvica se distienden y transforman, para permitir el paso
del bebé por el canal de parto. Se produce una relajación ligamentosa que causa
hipermovilidad de las articulaciones sacrococcígeas y púbicas. La sínfisis
púbica se ensancha. La lordosis lumbar está exagerada para mantener el centro
de la gravedad.
A pesar de todo eso, mi cara
se ilumina, mi cuerpo se vuelve reluciente y hermoso, y cada mañana la dicha se
refleja en todo mi ser.
Es el increíble milagro de la
vida. Fuente: Hill, Cristina C. & Jennifer Pickinpaugh: "Cambios
fisiológicos durante el embarazo" Surg Clin N Am 88 (2008) 391–401.
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